10 de abril de 2014

DIA 5. Viniegra de Arriba-Laguna de los Cameros (48.04 kms)

No tengo prisa para levantarme, el día anterior terminé muy tarde y me merezco un descanso, me quedan unos 4 kilómetros de subida, que imagino cómodos como los anteriores, ¡error!, luego, al entrar de nuevo a La Rioja todo será bajada.



Comienzo la subida y pronto, el paisaje verde y cómodo del hayedo se transforma en un paisaje desierto de alta montaña. La subida es dura pero espectacular, alta montaña en estado puro, un paisaje árido allá donde mirases y un cielo azul que me obligaba a parar para fotografiarlo.





Todo el esfuerzo es recompensado en lo alto del puerto, por las vistas y porque allí viví uno de los momentos más bonitos del viaje hablando sobre lo divino y lo humano con dos abueletes que transmitían tanta confianza y humildad como amplio era el escenario. Esa es la verdadera recompensa, la que hace que viajar en España merezca tanto la pena, la que le hace a uno valorar la conversación y el idioma, la recompensa de la complicidad, de la magia del momento que supone que tres personas que no se conocen se encuentren en mitad de la nada y que la conversación fluya como si del guión de una película se tratara.


Vistas al Urbión


Abandone con pena la conversación y me adentré a investigar una pista que miraba al Urbión, el Urbión nos llamaba, pero esta vez había que postponer la visita, la vista no cansaba mis ojos ni mi cámara, el paisaje era desolador, sólo se escuchaban unas chovas a lo lejos, y yo me perdía en mis pensamientos con el paisaje. No sé cuánto tiempo pasó hasta que volvía a la realidad…De nuevo se me había hecho tarde, pero no hubiera cambiado esas horas por nada del mundo.


Villoslada de Cameros

Villoslada de Cameros


Continúe camino hacia Laguna de Cameros, y comencé a sufrir los primeros problemas con el agua que hasta entonces había encontrado sin problemas, los pueblos eran escasos y las fuentes lo eran más, en los últimos kilómetros no había encontrado agua, ayyyyy quién me lo iba a decir a mí, ¿dónde estarían mis nubes?... tenía que subir un puertecito para acceder al que según mi mapa era el próximo pueblo y apenas me quedaba medio litro…pedaleaba meditando si coger agua del pantano como emergencia, no sabía nada del puertecito y por si acaso prefería estar preparada, aunque no sirviera para beber sí que serviría para refrescarme…no hizo falta, a lo lejos vi unas casas, iepaaaaaaa, ¡un pueblo que no aparecía en mi mapa!, la fuente estaba en lo más alto del pueblo y para llegar a ella bebí lo que me quedaba, pero la fuente me dio la vida.





Subí el puerto que resultó ser una delicia, una señal me advertía que entraba en tierra de dinosaurios, con los ojos bien abiertos me dejé caer hasta Laguna de Cameros, donde encontré el vivac perfecto junto a una ermita, y como me gusta a mí, venía con perro guardián incorporado. Mientras disfrutaba de la fotografía nocturna fui descubierta por el propietario de una de las huertas, hacía días que venía viendo huellas de un venado, y había ido a ver si lo pillaba “in fraganti”, en lugar del venado me encontró a mí y a mi perro guardián, se despidió para no molestar y a la mañana siguiente me dio conversación en el desayuno, yo dormí soñando con encontrarme ese venado, en su lugar encontré cientos de arañas, que a la luz del frontal brillaban en la oscuridad.

Puerto de Sancho Leza



2 comentarios:

  1. hotel mil estrellas....... Que dificil es conseguir una habitación en estos tiempos.

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  2. Y qué bien se duerme en ellos... Rioja fue un auténtico lujo en noches, estrellas, silencio y un mundo de contrastes por recorrer...

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