9 de abril de 2014

DÍA 3. Embalse de Arlanzón-Laguna de la Cascada de Neila (63,51 kms)

Me costó levantarme, las mañanas estaban siendo frescas y esta también lo era, siempre doy largas para salir del saco que hoy estaba empapado del relente.

Me levanto en el paraiso

Enseguida llegué a Pineda de la Sierra desde donde cogí la Vía Verde de la Demanda hasta Riocavado de la Sierra. Yo siempre había pensado que las Vías Verdes no tienen nada de desnivel, que son llanitas, que nunca hay subidas, y que la vida en las vías verdes es siempre bella y maravillosa, pero esta vía verde tiene un puertito, el Puerto del Manquillo, que en los últimos 400 metros de gravilla suelta y arena me hizo recordar mis 25 kgs, mis desgastadas ruedas mixtas y lo gordota que está la Tulipana, del puerto hacia Riocavado sólo hay una bajada de vértigo, donde me esperaba un precioso lugar de pic-nic.





VV de la Demanda

Riocavado de la Sierra

Iglesia de Riocavado de la Sierra

Desde allí una carreterita de ensueño me llevaba hasta Barbadillo del Pez y de ahí hasta Huerta de Abajo y Huerta de Arriba. El primer tramo francamente bonito para cicloturismo, una bajada con sombra junto a un cortado con apenas un coche por hora…



Desde allí la carretera hacia Neila se convertía en una pista donde rara vez me encontraba con un coche.




Entre bosques de pinos, hayas y robles era difícil aburrirse, las masas forestales cambiaban y yo gozaba la suave subida. Kilómetros después aparecía el desvío hacia las lagunas, llevaba casi 60 kms y por un momento dudé si subir, pero me apetecía tanto… conocía el sitio y es tan bonito, que sin pensarlo más comencé a subir lo que según mi mapa sería algo menos de 6 kms.


La subida se me hizo dura, muy dura, yo estaba ya cansada, y era algo tarde, es una subida preciosa, francamente bonita, pero no se la recomendaría a nadie con alforjas. Paraba cada kilómetro y pedaleaba despacio, la recompensa merecía la pena el esfuerzo.


Los pinos dominaban el paisaje, y la luz al atravesarlos formaba haces luminosos, que daban a la subida un toque de magia. Entretenida con las luces y las sombras poco a poco iba llegando…

Refugio de Neila en la Laguna de la Cascada


El lugar seguía tan bonito como lo recordaba, el refugio seguía en pie, y aunque estaba un poco deteriorado por el abandono desprendía el calor del hogar, olí a fuego e invitaba al descanso. La noche se preparaba fría y me alegraba de tener refugio. Dejé la cama preparada en el refugio y aproveché el rato que quedaba de luz para ducharme, cenar…

No recuerdo que hora era cuando me di cuenta, pero la noche ya se había adueñado del mundo y con la noche habían salido cientos y cientos de murciélagos que eran ahora dueños del refugio, volaban tan bajos que era difícil no chocar con ellos, yo sé que son majos, y que con su sistema de ecolocación no chocan pero…hace muchos años ya, tuve una mala experiencia con uno y desde entonces no los miro igual…decidí que no iba a dormir dentro, me armé de valor, y casi rozando el suelo entré a por mis cosas, sentía sus alas batir muy cerca de mí y un escalofrío recorría todo mi cuerpo.

Me acosté fuera del refugio donde un coro de ranas amenizó mi descanso, nunca escuché un coro tan armónico, el resto de animales del bosque, corzos, jabalíes, lechuzas comentaban el concierto en su lenguaje, fue un concierto único que duró hasta bien entrada la madrugada…

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