El día amanecía fresco y soleado, parecía que la “maldición
de la bici” había terminado y pronunciábamos la palabra bici alegremente
mientras finalizábamos los 5 kilómetros de subida.
![]() |
JJ despierto y vestido y yo aun sacando fotos desde el saco |
![]() |
¡Prueba superada! ¡Conseguí salir del saco! |
La carretera se separaba del río y el bosque era ahora más
abierto lo que nos permitía disfrutar de las vistas. En poco tiempo ganábamos
altura y sin darnos cuenta estábamos ya en lo alto del Pontón.
Tomábamos ahora una diminuta carretera hacia Posada de
Valdeón. Una de esas carreteritas que
gusta disfrutar al cicloturista, que te muestra la belleza de los sitios sin
que nada se oponga entre tú y la naturaleza, una de esas carreteritas que te envuelven
de belleza difícil de olvidar.
![]() |
Carreterita a Posada de Valdeón |
Cuando parecía que nos sobraba la ropa y estábamos a punto
de cambiarnos el tiempo dio un giro inesperado. En apenas minutos pasamos de un
¡qué calor hace!, a un ¡la que está cayendo! La excusa nos sirvió para tomar un
café, sacar algunas fotos y pedirles a las nubes que por favor fueran cada una
por su carril para evitar choques innecesarios. No parecía que fuese a parar de
llover por lo que decidimos seguir y así, en mitad del aguacero
conquistamos el Puerto de Panderruedas. En lo alto no había donde
guarecerse, unos cicloturistas extranjeros que nos habían adelantado habían conquistado
una marquesina para basuras y esperaban allí el fin del aguacero, sólo había
dos opciones, pelear por un hueco en la marquesina o continuar. Somos gente
pacífica, así que continuamos.
En la bajada del puerto la lluvia dolía, era difícil
mantener los ojos abiertos, pero ¡claro está! tampoco era buena idea cerrarlos,
yo estaba mojada y muerta de frío, Juanjo estaba igual, pero reconozco que
había un punto muy grande de disfrute en la bajada, puedo decir que molaba,
moló en el momento y mola ahora que lo recuerdo, tal vez porque en el recuerdo
queda también el buen rato que pasamos en Soto de Valdeón, en el único bar
que vimos abierto que diría Sabina pero que nos dio conversaciones mundanas con
la población local, ahora globalizada, pero llena de experiencias a compartir
en una tarde de lluvia.
![]() |
Pensábamos que se iba a quedar atascado, pero no, ¡menuda pericia! |
Al caer el agua hacía pompas en el suelo, y ya lo dice este
refrán inventado “aguas con pompas caerán que no parará”. Según los
habitantes de Soto, bueno, o según aquel habitante de Soto, cuando el agua hace
pompitas es que no va a cesar. Pese al mal augurio salió el sol y en una
pequeña escampada y sin pronunciar la palabra bici salimos hacia Posada de
Valdeón.
![]() |
Lluvia en "pompitas" en Soto de Valdeón |
![]() |
Sol tímido |
Posada es un pueblo que me gusta, me trae recuerdos de
adolescencia, rutas inolvidables por los Picos, amigos, trastadas, historias
bonitas, emociones siempre en positivo que sigo sumando.
![]() |
Posada de Valdeón |
El camino entre Posada de Valdeón y Portilla de la Reina es
francamente espectacular, hemos ganado ya una altura considerable, y el bosque
va, poco a poco dejando paso al matorral, tojos, genistas, brezos, tiñen las
montañas en esta época generando laderas monocromas que hipnotizan la retina.
Desde Posada casi tocamos los Urrieles (macizo
Central), y según ganamos altura hacia el Puerto de Pandetrave las
vistas van ganando en espectacularidad constituyéndose en lo más bello
recorrido hasta ahora. La primavera es sin duda la época más recomendable para
realizar esta ruta, el tiempo cambiante puede ser incómodo pero a cambio,
miremos donde miremos encontramos la paleta del pintor.

![]() |
Portilla de la Reina |
Ahora sí, bajamos con el castigo de la lluvia que se burla
de nosotros, las cabañas de pastores que encontramos a nuestro paso,
son eso, de pastores, no de cicloturistas y están demasiado alejadas de la
carretera, accesibles sólo por praderías imposibles, yo tengo tanto frío que
bajo frenando para tener que pedalear y así entrar en calor. Al final
terminamos en Portilla de la Reina, donde encontramos un“apartamento” en
la plaza del pueblo, el porche es enorme, las vistas de auténtico lujo, es un
apartamento precioso, y ¡¡¡viene con perro guardián incorporado!!!
![]() |
Nuestro "apartamento" |
![]() |
El salón-comedor-dormitorio-cocina |
Nada más llegar aparece Mastodonte en nuestras vidas,
mascota por una noche, es un perro encantador, Mastodonte tiene un amigo
pequeño con cara de pillo y ambos dos se convierten en nuestros “más mejores
amigos en Portilla”… al menos de momento…
![]() |
Mastodonte y JJ cuando eran amigos |
![]() |
Mastodonte y su amigo |
![]() |
Conflicto típico con el compi de piso "es que anoche hiciste mucho ruido, a ver si pones más cuidado..." |
4.30 de la mañana, JJ me dice no se qué, yo no me entero de
nada, pero pongo todo mi esfuerzo en despertar a mis neuronas. JJ vuelve a
hablarme, y yo sigo intentando que mis neuronas se despierten, pienso que si me
despierta a esas horas tiene que ser algo muy importante, JJ tiene insomnio,
pero no tiene la costumbre de despertar a la gente de madrugada buscando
conversación, eso podría hacerlo yo, pero no él. Pongo toda mi atención y por
fin entiendo algo como gotera mover, busco en mi diccionario neuronal que
significa gotera mover, cuando por fin consigo entender el mensaje levanto
la vista y… ¡gotera-mover, JJ mojar, Noemí mover!…pero….¿por qué hay un
perro durmiendo en mi esterilla? No obtengo respuesta, pero parece que el
apartamento hace un poco de agua así que me muevo, a mi me sigue pareciendo un
sitio precioso, claro, como no tengo gotera pensaréis. JJ me cuenta que no
puede dormir que los perros llevan ladrando toda la noche y que no entiende
cómo puedo dormir yo, por solidaridad le doy conversación un rato y sigo
durmiendo…mis habilidades sociales no dan más a las 4.30 de la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario